La productividad es una palabra que me aterraba cuándo trabajaba en la oficina. Y es que en mi empresa eran unos bestias de mucho cuidado. La típica multinacional que trata a sus empleados como a simples números, eslabones impersonales de una cadena infinita... Y les exige la máxima producción por 600 cochinos euros al mes.
Que triste ¿verdad? Pues esa es la realidad de la inmensa mayoría de españoles. Y también fue la mía durante muchos años. ¿Cuántos años pasé allí? ¿siete, ocho? Para mí demasiados ¡media vida cumpliendo sueños para otros! Sin recibir un simple gracias a cambio. Sí, además de negreros, eran unos desagradecidos de cuidado.
Fue uno de los motivos por los que puse toda la carne en el asador cuándo decidí emprender, para liberarme de esos jefes exigentes y desconsiderados que se creían con el derecho a doblegarte y ningunearte solo por tener un par de puestos más que tú. Claro que, al no tener opción a promocionar y tener tu creatividad y proactividad coartada, poco podías hacer para escalar puestos...
Lo cierto es que mi trabajo tampoco es que fuera el cúlmen de la creatividad... pero bueno, daba para pagar la hipoteca y seguir trabajando en mi proyecto en las sombras... Tal vez si me hubiera sentido feliz en mi trabajo nunca hubiera pasado por mi mente la loca idea de emprender... ¿Quién sabe? El destino es así de caprichoso ¿no crees?
El caso es que allí, en aquella oficina gris que ya apenas recuerdo, aprendí algunas nociones básicas sobre producción que he podido aplicar a mi negocio online y que hoy, en plena semana de gestión y organización del tiempo, quiero compartir contigo por si te sirven de ayuda e inspiración para seguir trabajando en la consecución de tu sueño emprendedor.
Dicen que de cada experiencia, por muy negativa que sea, siempre puedes aprender algo útil para el futuro. Y puedo dar fe de que es cierto, porque más negativos que mis años de oficina creo que no hay nada en mi vida... Y aún así, de algo me han servido. Hay que saber ver el lado positivo de cada situación, incluso de las que nos parecen lo peor del mundo.
¿QUÉ APRENDÍ EN MI OFICINA GRIS?
Si algo sale mal y lo has hecho tú, da igual que seas una simple operadora, es tu responsabilidad y tienes que asumirla y cargar con la culpa.
Sí, real como la vida misma. Cada vez que saltaba algún error, las coordinadoras escurrían el bulto. La culpa era tuya. Que sí, puede que el error lo hubieses cometido tú, pero para algo están los coordinadores y jefes de equipo, para dar la cara por su equipo en público aunque en privado te echen la charla.
Olvídate del móvil durante tus horas de trabajo aunque se caiga el mundo ahí fuera.
Ya puede pegarse un tortazo tu hijo en la guardería que no darán contigo hasta el final de la jornada. El móvil bien guardado en la taquilla, no te vayas a despistar mirando el facebook y hagas las cosas mal. Que eres muy torpe y descuidada, mujer.
Si quieres hacer vida social, deja de fumar, tomar café, tomar un tentempié o lo que quiera que te de tiempo a hacer en tus 15 minutos de descanso.
Ni uno más ni uno menos. 15 minutos de descanso para comer, fumar, sociabilizar y hacer el pino puente. Y pobre de ti como te pases un segundo, que no solo tienes que fichar, sino que revisan el tiempo que debes a diario para que lo recuperes a fin de mes. Da igual si son 2 minutos o media hora, lo recuperas o te lo descuentan de la nómina.
Si quieres conseguir algo, búscate las habichuelas que aquí nadie se casa con nadie y si no tienes un padrino, eres un numerito sin más.
Vamos, que te vayas olvidando de favores para ir a ver la función del cole de tus hijos, llevarlos al pediatra o acercarlos al colegio. Nada de nada. Si te vas, lo recuperas. Y si el peque se pone malo, es una ausencia sin justificar y nadie va a hacerte el favor. Además, total, si no te vas a enterar hasta que tengas que salir...
Mejor hecho que perfecto. Pero al 100%. Da igual la calidad, aquí importa la cantidad. El cliente lo quiere para hoy y aunque sea una bazofia y no haya por dónde cogerlo, tiene que estar listo para hoy.
Deja a un lado tu vena perfeccionista y ponte a teclear como si no hubiera mañana. Si te encuentras un teléfono con 20 dígitos o una señora que se llama Pedro ¡da igual! Aquí no te pagan por pensar, te pagan por trabajar. Así que olvídate de todo lo que sabes sobre estos temas y a trabajar como un robot.
¿Y CÓMO LOS HE APLICADO EN MI RUTINA DIARIA?
He asumido que la única responsable de mis éxitos y fracasos soy yo. Ni el cliente ni el proveedor tienen la culpa de nada. Es mi negocio, es mi responsabilidad, tengo que asumirla, examinar qué ha fallado y solucionarlo lo antes posible.
He aprendido a desconectar de todo mientras realizo tareas importantes y urgentes. Móvil apagado, correo cerrado, redes sociales desconectadas... 100% enfocada en lo que estoy haciendo para terminarlo en la secuencia de tiempo marcada y con el mejor resultado.
Mientras se trabaja no se come. Aunque esto lo he modificado. Ahora me tomo mis descansos a media mañana como un periodo de relax y desconexión. Sin estrés ni prisas. Es mi momento para cargar las pilas y no miro el reloj mientras estoy descansando.
Cuándo quiero organizar un reto, llevar a cabo una colaboración de cualquier tipo o necesito ayuda de otra emprendedora, me busco la vida para conseguirlo. Nadie va a hacerlo por mí, si yo no me muevo, no conseguiré seguir creciendo.
Mejor hecho que perfecto, pero con una pequeña variación, siempre calidad antes que cantidad. Mi objetivo es obtener un buen resultado, aunque no diseño la versión final hasta que la prueba no ha sido testada y he comprado que tendrá buena acogida. Invierto lo justo, pruebo y si funciona, sigo adelante.
¿Y CÓMO PUEDES APLICARLO TÚ EN TU DÍA A DÍA?
Tú eres quién decide, piensa bien qué decisión vas a tomar antes de llevarla a cabo. Analiza los pros y los contras de cada variante, las posibles consecuencias y las soluciones que podrías aplicar si lo negativo pesa más que lo positivo. Nadie va a sacarte las castañas del fuego porque ahora tú eres tu jefa.
Elige un par de tareas a realizar durante tu jornada laboral y desconecta de todo lo demás mientras las llevas a cabo. Céntrate en lo que estás haciendo y mantén el foco. Cualquier distracción dará al traste con tu nivel de concentración y tardarás el doble para hacer lo mismo.
Descansa, pero descansa de verdad. Deja el móvil, desconecta, sal a pasear, tómate un café o una buena taza de tu bebida favorita, date una ducha relajante y deja de pensar en lo que te queda por hacer o has dejado a medias. No se te ocurra comer delante del ordenador, no es bueno para tu salud física y mental.
Busca la forma de conseguir lo que quieres obtener. Si quieres entrevistar a una emprendedora a la que admiras, prepara una propuesta irresistible, dónde demuestres que respetas y admiras su trabajo y aportes algo de valor para ella: preguntas interesantes, promocionar alguno de sus servicios, mostrar parte de su trabajo a tus lectoras... Sé creativa, original y sobre todo educada.
No inviertas todo el tiempo y recursos que tienes en crear tu próximo ebook o curso sin antes haber comprobado de forma real que tu idea tendrá buena acogida. Si quieres diseñar un curso sobre elaboración de cupcakes sin gluten, comprueba que ese tipo de entradas son las más leídas en tu blog, recopila las dudas existentes, maqueta un ebook de presentación y planifica un curso gratuito con ese contenido.
Si tiene buena acogida entre tus lectoras, desarrolla el resto del curso, organiza un venta especial en prelanzamiento y lánzate por completo a la piscina. Ya has comprobado que hay demanda, toca perfeccionar la oferta.
¿Todavía sigues pensado de que un trabajo aburrido o una mala experiencia no puede sacarse un aprendizaje positivo? Pues aquí tienes la respuesta. Todo es posible si te enfrentas a la vida con ganas de crecer y mejorar, con fuerza de voluntad y esperanza en que algún día las cartas saldrán a tu favor.
Y ahora te toca a ti ¿qué aprendizaje has obtenido de tu trabajo para terceras personas? ¿Has sabido ver la parte positiva de tus malas experiencias? ¿Crees que aunque tu trabajo te parezca lo peor del mundo puedes aprender algo bueno de él? ¡Vamos! Que si yo he podido, ¡tú también puedes!
ÍNDICE DE ENTRADAS SOBRE GESTIÓN DEL TIEMPO:
10 tips para aumentar tu productividad hasta el infinito + Casos reales:
Cómo afecta la desorganización a tu día a día:
Cómo organizar un día de trabajo 100% productivo:
Aprende a marcar objetivos realistas y medibles:
Cómo transformar rutinas puntuales en hábitos + Casos reales:
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Es cierto que a veces los jefes tienen mal comportamiento pero no hay que hechar tierra encima así porque mucha gente tiene que trabajar para alguien, así será para la mayoría guste o no guste. Por lo que crear tanta negatividad en tener jefes no es bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola!
EliminarY por qué no es bueno? Si es la verdad :)
Es mi experiencia personal y fue nefasta, pero siempre me quedo con lo positivo.
Tal vez tuve mala suerte con mis jefes, pero lo que tengo claro es que con el cambio he salido ganando ;)
Y ser sincera no es crear negatividad, es ser realista.
Saludos!
Me encantó tú post! poner cosas positivas, donde crees que existen negativas. Pues, te cuento:
ResponderEliminarSoy maestra, un trabajo muy mal pagado aquí (venezuela), leyendo tu post de mi trabajo he aprendido:
llegar temprano y ser responsable: a pesar de la mala paga, tengo la responsabilidad única, con un grupo de pequeños que espera con entusiasmo a su maestra.
El entusiamos y motivación estan en mi, me gusta lo que hago, por lo tanto soy yo quien debe mover mi día con la ilusión que debe ser.
El tef no es el mejor compañero, cuando con niños se trabaja debo tener los cinco sentidos bien
Soy buena para las manualidades... a parte de esto, me motivo a buscar otra ilusión, mi emprendimiento, donde puedo compaginar mi trabajo con los niños, mi experiencia y las computadoras(blog, programación) gracias Celia, me hiciste reflexionar en un momentico
¡Hola, Luisa!
EliminarPuede ser un trabajo mal pagado... ¡pero trabajar con niños tiene que ser genial! Agotador... pero maravilloso ¡se aprende tanto de los más peques! :)
Me alegra mucho que, como yo, saques aprendizajes positivos de tu experiencia laboral, de todo se aprende y nos puede servir para aplicarlo a otros ámbitos de nuestra vida :)
¡Muchos besos y ánimo! :)